Mañana viernes 14 de noviembre se pone a la venta en nuestro país, con un precio recomendado de 399 euros, el esperado reloj Samsung Gear S, el primero de la nueva hornada de relojes inteligentes que integra su propia SIM y conexión de datos 3G para convertirse así en un dispositivo casi completamente autónomo del smartphone.
El reloj está basado en el sistema Tizen
(el sistema de código abierto, que desarrolla la propia Samsung junto
con otros socios como Intel o Panasonic), y cuenta con muchas más
funcionalidades que los habituales relojes Android Wear ya que tiene
conexión Wi-Fi, Bluetooth y conexión 3G con las que puede hacer llamadas, registrar una ruta gracias a su GPS o controlar las pulsaciones con el pulsómetro incluido (aunque algunos relojes Android también integran este último).
El reloj es sumergible (con un índice IP67 que le permite sumergirse hasta un metro media hora), tiene una pantalla curva Super Amoled de 2 pulgadas con una densidad de 300 puntos por pulgada y una resolución de 360 x 480 píxeles
(curiosamente la misma que tenía el iPhone original) y la forma del
dispositivo es también curvada para adaptarse mejor a la muñeca a pesar
de que su tamaño es considerable.
En el frontal tiene
un botón de “home” como si fuese un smartphone que sirve también para
activar las órdenes de voz (que en este caso no usan la tecnología de
Google Now).
Otras diferencias de este reloj con los habituales Android está en su manejo,
ya que con el Gear S puedes crear nuevos mensajes y escribirlos con su
teclado (además de dictarlos), tienes una interfaz similar a la de un
smartphone con iconos de apps e incluso puedes descargar las aplicaciones directamente desde el smartphone, aunque puedes hacerlo también desde la aplicación que gobierna el reloj en teléfono. Además cuenta con apps que no se encuentran en Android Wear como Nike+ Running para deporte o los mapas de Nokia Here Maps.
Al ser un dispositivo autónomo, puede funcionar sin el smartphone,
por ejemplo para cuando sales correr o a hacer otro deporte y puedes
seguir recibiendo las llamadas, SMS, o mensajes de correo electrónico y al regresar con el smartphone y enlazarse a él se sincroniza y comporta como dispositivo “esclavo”.
Otra de las peculiaridades del smartphone es que lleva su propia SIM; de modo que para usarlo deberás contratar un duplicado de tu número o, si lo deseas, puedes tener una SIM independiente para el reloj.
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