Windows 7 es el sistema operativo de Microsoft
más potente y mejor implementado hasta el momento, pero con unos ligeros toques
de personalización avanzada es posible liberar recursos y
acelerar nuestro ordenador de una forma considerable.
Nivel: Intermedio
Cuando
encendemos el PC por primera vez o acabamos de instalar el sistema operativo,
todo va muy fluido. Pero con el paso del tiempo y el uso cotidiano, la instalación
se va degradando perceptiblemente y perdemos buena parte del rendimiento
que disfrutábamos al principio.
El Registro
de Windows, los procesos que se ejecutan en segundo plano y los servicios
que se cargan de forma predeterminada en cada inicio, entre otros componentes,
son algunos de los apartados que podemos «tocar» para optimizar
fácilmente nuestro sistema operativo. Con ello conseguiremos tanto un inicio
y un apagado más veloces como una mayor estabilidad en el funcionamiento
normal.
Además,
utilizando una llave USB para gestionar la memoria virtual o
aprovechando al máximo las configuraciones más potentes para optimizar el archivo
de paginación, podremos ir más allá. Y, por supuesto, en el caso de las
máquinas más antiguas, también es sencillo liberar de carga a los componentes
mediante el ajuste de los efectos visuales, la eliminación de las
fuentes que no utilicemos habitualmente o la detención del servicio de
indexación.
Mantén el Registro siempre
bajo control
1. Elimina las claves superfluas
Cada vez que
instalamos o desinstalamos un programa, el Registro de Windows añade
información que, a la larga, puede provocar incongruencias que acaban yendo en
detrimento de la estabilidad y fluidez del sistema. Sin ir más lejos, pese a
que hayamos eliminado un programa de nuestro ordenador, este puede haber dejado
un rastro con las preferencias de uso u otros parámetros técnicos.
Una de las
opciones más cómodas y efectivas consiste en recurrir a software externo de
optimización y desfragmentación del Registro, como TuneUp
Utilities (www.tuneup.es) o CCleaner (www.piriform.com/ccleaner), pero con ciertos
conocimientos avanzados podemos hacerlo también de forma manual.
Para ello,
en la casilla de búsqueda del menú Inicio lanzaremos el comando regedit
y se abrirá el Registro de Windows. Como cualquier operación de este
tipo puede ser realmente delicada si no sabemos lo que hacemos, lo primero será
hacer una copia del Registro, entrando en Archivo/Exportar e
indicando un nombre para el backup que generaremos. En Intervalo de exploración
marcaremos Todo y ya podemos guardar. Para restaurarlo, bastará con
hacer doble clic sobre el archivo .reg que obtengamos.
Ahora que ya
tenemos todo a salvo, vamos a repasar qué hay en cada rama. La primera, HKEY_CLASSES_ROOT,
contiene todas las asociaciones de ficheros establecidas (por ejemplo, que un
documento .doc se abra con Word), aunque en realidad todo lo que vemos son
accesos directos a la ruta HKEY_LOCAL_MACHINES\Software\Classes. Precisamente,
en HKEY_CURRENT_USER\Software es donde las aplicaciones crean sus
entradas, con lo que si detectamos alguna de algún software que ya hayamos
desinstalado, podemos borrarla sin problemas.
En HKEY_CURRENT_USER
veremos la información de configuración del sistema y el software del
usuario con el que hemos iniciado sesión, con lo que modifiquemos solo nos
afectará a nosotros. Desde aquí, podemos personalizar lo que se muestra en el
Panel de control, los directorios de instalación, la configuración de red, etc.
Por su
parte, HKEY_LOCAL_MACHINE se centra en lo que afecta al hardware y las
controladoras del PC, mientras que HKEY_CURRENT_CONFIG es una rama
dinámica, en la que se van creando entradas al vuelo, según las aplicaciones
que estemos ejecutando en ese momento y los servicios de Windows que estén en
uso.
2. Acelera el arranque del equipo
Para ganar
unos valiosos segundos cada vez que encendamos nuestro ordenador tenemos varias
opciones. La primera está disponible desde el Registro, dentro de la categoría HKEY_LOCAL_MACHINE\Software\Microsoft.
Desde ahí podremos consultar todos los servicios que se inician
automáticamente nada más arrancar el sistema operativo. Haciendo clic con el
botón derecho, eliminaremos los que no queramos mantener.
La otra es
más segura e intuitiva, y se accede a ella desde la utilidad msconfig
(podemos buscarla y ejecutarla desde el menú Inicio). Una vez se abra la
ventana principal de esta utilidad, en la pestaña Inicio de Windows se mostrará
un listado con todas las aplicaciones que se ejecutan al arrancar el
sistema, y simplemente marcando o desmarcando las que nos interesen
completaremos la operación (totalmente reversible, por otra parte).
Por último,
también podemos descargar una utilidad gratuita, AutoRuns para Windows,
desde la web de la propia Microsoft, más completa que msconfig y con
opciones que van más allá de los programas de inicio, abarcando otros componentes.
3. Todo por un apagado más rápido
Además de acelerar
el arranque, en nuestras manos está la posibilidad de hacer que el apagado
del sistema sea más veloz. En concreto, cuando vamos a cerrar Windows se
envía una señal a todos los procesos y aplicaciones en ejecución para que se
detengan, y como medida de prevención hay un tiempo establecido en la que el
sistema espera a obtener respuesta (de hecho, cuando no se establece tal
comunicación es cuando aparece el molesto aviso de forzar el cierre o
seguir esperando).
Desde el
Registro podemos modificar este plazo de tiempo e indicar que, en caso de
demora, se detenga todo automáticamente y se apague o reinicie el sistema,
aunque corremos el riesgo de perder información si no hemos guardado los
documentos que tuviésemos abiertos. En concreto, crearemos dentro de la rama HKEY_CURRENT_USER\Control
Panel\Desktop una entrada de tipo Valor de cadena (desde la barra de menú
Edición/Nuevo ) con el nombre WaitToKillAppTimeout. Hacemos clic derecho
sobre ella y, en Información del valor , introduciremos una cifra en
milisegundos, con lo que si, por ejemplo, solo queremos esperar un máximo de 5
segundos, escribiremos 5.000.
Libera todos los recursos
posibles del PC
4. Gestiona tu fichero de paginación
La memoria
virtual de Windows se utiliza para almacenar de forma temporal los datos de
los programas y los procesos que estén en uso y que requieran de espacio
adicional en la memoria principal. Para gestionarla, se crea un archivo de
paginación en el disco duro, con lo que el acceso acaba siendo algo más
lento (a menos que contemos con un disco de estado sólido SSD). Con las
configuraciones actuales, en las que lo más habitual es disponer de más de 4
Gbytes de memoria, podemos hacer que todos estos datos se ejecuten directamente
siempre en ella y así ganar algo de rendimiento.
Para cambiar
este parámetro nos dirigimos al Registro y buscamos la entrada HKEY_LOCAL_MACHINE\SYSTEM\CurrentControlSet\Control\Session
Manager\Memory Management. Ahí, hacemos doble clic sobre DisablePagingExecutive
y cambiaremos la Información del valor de 0 a 1. Tras reiniciar el sistema, los
cambios quedarán aplicados y habremos optimizado el fichero de paginación.
5. Desactiva procesos en segundo plano
Cuando
nuestro equipo está en funcionamiento, multitud de procesos corren en segundo
plano. Unos son propios del sistema operativo y otros dependen de los
programas que tengamos abiertos en ese momento, pero también puede darse el
caso de que, una vez cerrados, dejen algún rastro operativo.
Pulsando la
combinación de teclas Ctrl + Alt + Suprimir accederemos al Administrador
de Tareas, y, en Procesos, podremos verlos todos y la cantidad de RAM y CPU
que consumen. Si alguno se ha vuelto inestable (lo sabremos por un
excesivo uso de recursos) puedes cerrarlo al hacer clic en Finalizar proceso.
No obstante, puede que si ha habido algún error, Windows sea incapaz de
detenerlos.
En ese caso,
deberemos recurrir a Símbolo del sistema, invocándolo desde el cuadro de
búsqueda de menú Inicio. Una vez en él, para listar los procesos abiertos
teclearemos el comando tasklist y detendremos el que nos interese
escribiendo la línea taskkill/PID «número de PID» /F (aquí irá la cifra
que le corresponda sin comillas). Por ejemplo, si queremos cerrar el Explorador
de Windows porque ha dejado de funcionar, que en la ilustración tiene el número
PID 1844 , introduciremos taskkill/PID 1844 /F.
6. Detén los servicios prescindibles
Los servicios
del sistema son procesos y pequeños programas que Windows carga de forma
predeterminada para facilitar la mayoría de operaciones habituales con un
ordenador. Algunos de ellos resultan imprescindibles para el buen
funcionamiento del equipo, pero otros puede que no interesen a todos los tipos
de usuario (por ejemplo, las necesidades de un usuario doméstico no son las
mismas que las de un profesional o una pyme, sin ir más lejos). Así, aunque se
ejecuten en segundo plano y de forma transparente, en su conjunto acaparan una
porción de recursos que podemos liberar fácilmente si sabemos bien lo que estamos
haciendo.
Para acceder
a su gestión, en el cuadro de búsqueda del menú Inicio tecleamos la orden services.msc
y se abrirá una ventana con todos los existentes. Para eliminar uno de estos
servicios, haremos doble clic sobre él y pulsaremos sobre Pausar o Detener.
Presta especial atención a la descripción de cada uno de ellos, ya que aunque
pensemos que podemos prescindir de él a la ligera, puede que esté conectado a
otro servicio que requiere de su funcionamiento previo.
En la
casilla Tipo de inicio también es posible deshabilitarlo para que no
vuelva a arrancar cuando volvamos a encender el ordenador la próxima vez. Por
lo general, los que podemos desactivar de forma segura y sin riesgos son los
siguientes: Acceso a dispositivos de interfaz humana, Control parental (si no
lo precisamos, claro está) y Servicio de entrada de Tablet PC (en caso de no
disponer de pantalla táctil).
Lo mejor es
echar un vistazo y decidir en función de nuestras necesidades, pero hay otros
como Llamada a Procedimiento Remoto que resultan imprescindibles para el buen
funcionamiento del Centro de Seguridad o la Cola de impresión, entre
otros. También recomendamos activar el servicio Superfetch, que mantiene
y mejora el rendimiento del sistema a lo largo del tiempo. En cualquier caso,
la manipulación debe llevarse a cabo con cuidado.
Un extra para los equipos
menos potentes
7. Saca partido a ReadyBoost
Con la
llegada de Windows Vista se introdujo una tecnología pensada para aprovechar
las memorias Flash USB como complemento de nuestro propio hardware,
conocida como ReadyBoost. Con ella, podemos utilizar el espacio libre de
un pendrive para liberar al sistema de gestionar la memoria de intercambio
o swap. Una vez introduzcamos la llave USB en el puerto de nuestro
ordenador (con un mínimo de 256 Mbytes libres y con interfaz al menos de tipo
2.0), en la ventana de reproducción automática podremos escoger la opción Aumentar
la velocidad del sistema con Windows ReadyBoost, y desde ahí configuraremos
su funcionamiento.
En Espacio
reservado para la velocidad del sistema es recomendable marcar al menos 1 Gbyte
para beneficiarnos de todas las bondades de esta tecnología (teniendo en
cuenta, eso sí, que tal espacio quedará bloqueado y no estará disponible para
el almacenamiento de archivos al uso). De todas formas, el propio Windows nos
indicará el mínimo de cantidad que mejor se ajustará a nuestras necesidades (en
el ejemplo de la ilustración, se nos aconseja reservar 1.708 Mbytes).
Si tenemos
algún problema para activar ReadyBoost, antes deberemos iniciar el servicio Superfetch
desde services.msc (como hemos visto previamente).
8. Pon a tu gusto el acabado visual
El aspecto
de Windows 7 es verdaderamente atractivo y está muy conseguido, con más
transparencias y sombras que nunca. Pero estos alardes gráficos también
repercuten en el consumo de recursos, y si nuestra máquina no es de las
más avanzadas, desactivando determinadas opciones de la apariencia podemos
conseguir un plus de rendimiento.
Por una
parte, podemos desactivar los temas de Aero haciendo clic con el botón
derecho en un área vacía del escritorio y entrando en Personalizar. En Cambiar
los efectos visuales y los sonidos del equipo, basta con escoger cualquiera
de los temas Windows 7 Basic o Windows Clásico. Por otra parte, también podemos
prescindir de los efectos visuales para dotar a nuestro ordenador de mayor
fluidez. En Equipo, pulsamos con el botón derecho del ratón, entramos en
Propiedades y seleccionamos Configuración avanzada del sistema. En Opciones
avanzadas/Rendimiento/Configuración, nos situamos en la pestaña Efectos
visuales y marcamos Ajustar para obtener el mejor rendimiento. Así, nos
libraremos de sombras y animaciones, entre otras características.
9. Elimina las fuentes que no vas a utilizar
Windows
incluye de serie muchas tipografías distintas, pero cuantas más
tengamos, más tardará el sistema en cargarlas todas. Por eso, eliminar las que
no utilicemos es siempre un buen consejo, sobre todo aquellas de alfabetos
distintos al nuestro que rara vez nos serán útiles.
Para acceder
a ellas, nos dirigimos al menú Inicio, y desde ahí buscamos Ver fuentes
instaladas. Para asegurarnos de que no perdemos nada lo mejor es copiarlas
antes de eliminarlas por completo, y así siempre podremos restaurarlas en caso
de que las necesitemos. Tras seleccionar las que pensemos borrar, hacemos clic
derecho y las copiamos, para acto seguido pegarlas en una carpeta cualquiera y
ponerlas a buen recaudo.
10. Prescinde del servicio de indexado
La búsqueda
integrada en Windows 7 funciona de una forma impecable y suele ser muy útil
para encontrar lo que deseemos en un momento dado y con rapidez, pero el indexado
está funcionando constantemente y provoca una disminución general de la velocidad
con la que trabaja el ordenador.
Afortunadamente,
es posible detener el servicio de indización cuando lo deseemos si
preferimos ahorrar los recursos de CPU y memoria que acapara. Solo tenemos que
pulsar el botón derecho del ratón sobre Equipo y acceder a Administrar. En la
barra de la izquierda, seleccionamos Servicios y Aplicaciones/Servicios y
buscamos el campo Windows Search. Tras hacer doble clic sobre él, en la
pestaña General marcaremos Tipo de inicio como Deshabilitado. Tras aplicar y
aceptar los cambios, quedará detenido y podremos volver a activarlo sin
problemas en cualquier momento si lo deseamos.
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