El asunto funciona así: los estafadores ofrecen una cantidad de dinero rápido (unos 100 dólares por iPhone) a personas sin hogar, mendigos o personas en dificultades, a cambio de que adquieran para ellos uno o varios iPhone ligados a contratos de permanencia a un precio de unos 200 dólares. Curiosamente, los mendigos, incluso con una situación de crédito deficiente, son capaces de obtener varios iPhone con contrato, que nada más recibir entregan a los estafadores que les da unos 100 dólares por cada iPhone. De este modo, los estafadores, por 300 dólares consiguen iPhones que pueden desbloquear y vender en el mercado negro por unos 700 dólares, ya que los contratos quedan ligados a los mendigos.
En el reportaje se muestra como el cabecilla de los engaños tiene montada una tienda en línea que dice vender iPhones desbloqueados, y el periodista también entrevista a algunos de los engañados, que explican que necesitaban dinero para comer o para pagar el alquiler que les vencía al día siguiente y por ello accedían a la estafa, bajo la falsa promesa de que en tan sólo unos días podían cancelar el contrato.
Finalmente, parece que son las autoridades del centro comercial (y no Apple) quienes ponen fin a estas estafas, que en algunos estados de EEUU están claramente penadas bajo el delito de engaño (deception) que supone convencerá personas en situación de debilidad.
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